Durante algunos meses nos hemos dado a la tarea de asistir a la inmensa variedad teatral que oferta la ciudad de Puebla. En sus inicios el objetivo era claro: conformar un equipo de crítica que difundiera, a través de un blog, algo más que reseñas; una crítica que sirviera de diálogo con los creadores en busca del perfeccionamiento constante de sus trabajos. La comunidad teatral recibió el ejercicio con cautela; entre las opiniones de quienes apoyaban y desacreditaban la labor. Algo que de una u otra forma se esperaba.
Las grandes sorpresas no se dieron en la recepción sino en otro aspecto; semana tras semana, con una cartelera que da inicio los martes, se presentan en la ciudad espectáculos de todo tipo. Tan sólo la cartelera del centro, constituida en su mayoría por teatristas universitarios o bien pertenecientes a las diferentes academias, es suficiente como para asistir cada vez a una presentación distinta durante meses. Este es el motivo por el que, en muchas ocasiones no hay tiempo para acercarse a otras zonas teatrales que “en la periferia” albergan espectáculos de teatro musical, infantil, danza-teatro y circo. Puebla se coloca entonces como una de las ciudades de mayor producción teatral en la provincia.
La consabida frase de que “no hay teatro” o “no hay suficiente oferta” carece de sentido cuando, no sólo se está atento a las carteleras y eventos anunciados a través de redes sociales; sino que -con un poco de interés- se averigua en volantes, posters, anuncios radiofónicos y trípticos de programas culturales que cuentan con presentaciones de teatro.
Hasta aquí no hemos agregado las presentaciones escolares de “graduación” en los distintos niveles (desde kínder hasta universidad) que, no en pocas ocasiones, cuentan con una breve temporada.
¿Hace falta teatro? En este punto las dudas comienzan a florecer y ya no se habla de la cantidad sino del éxito de las temporadas, la calidad de las mismas, la posibilidad de desarrollo y reconocimiento profesional (el teatro como profesión medio de sustento y estabilidad económica), de los tipos de teatro, de las políticas culturales y los apoyos para su expansión… Sobre todo, quiero hacer hincapié en el posible reconocimiento, dentro de todo ese abanico, de una identidad del teatro poblano. Para lo cual necesitaríamos no sólo el trabajo de asistencia y crítica, sino de investigación puesto que -desde mi punto de vista- no sólo se trata de enlistar los tipos de teatro y actuación, temas y obras elegidos por los diferentes grupos, gestión y participación en eventos; sino de las necesidades a las que responden con su hacer. Abordar el fenómeno desde el para qué se hace teatro que a su vez encontrará los por qué en la formación de grupos y los cómo en sus mecanismos de trabajo… Quedan ahí esas ideas como una propuesta a desarrollar.
Los problemas de la crítica a los que nos hemos enfrentando, no sólo tienen que ver con la recepción sino, más profundamente con la legalidad y definición de los espectáculos: grupos que no cuentan con derechos de autor, adaptaciones dramáticas que no se precisan o se anuncian, inexistencia de programas de mano, espectáculos que han mermado su calidad por adaptarse a espacios que no son teatrales tratando de mantener así una temporada, todo ello que para nosotros implica una prohibición puesto que quisiéramos enmarcar nuestra actividad en la crítica y no en el exhibicionismo de atropellos o falencias.
Debo agregar un último detalle. Es preciso establecer apoyos para la actualización, mantenimiento y habilitación de los espacios teatrales ya existentes y que no necesariamente pertenecen a alguna institución. Además, proporcionar una guía a quienes amablemente ceden sus espacios para el teatro pero sin criterio alguno de sus necesidades o de su gestión.
Dentro de esos espacios se puede mencionar al centro para las artes TETIEM A.C., no sólo porque es uno de los centros teatrales de referencia en Puebla sino porque la crítica que habré de iniciar está dirigida a una de las puestas en escena que tendrá ahí su temporada a partir de septiembre.
Por Thelma Ramirez Cuervo
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