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Foto del escritorPuerta Escénica

El teatro es el origen y la oportunidad de nuestras vidas:  Eglón Mendoza




Originario de Veracruz, pero viviendo ya una década en Puebla, Edgar Eglón Mendoza Dorantes, actor y dramaturgo, ha participado en obras como "Secretos de Familia", "El Gordo", "Macario" , "Botitas" , "HOMO" y "A odiar se aprende", entre otras. Puerta Escénica conversó con él para conocer su trayectoria.


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Para Edgar no fue tan sencillo introducirse al mundo Teatral, ya que nos platica que su familia no acostumbraba asistir al teatro. Y es que, en gran parte del interior de la república, el teatro aún sigue siendo algo desconocido. Así lo muestra la última encuesta oficial sobre consumos culturales: 9 de cada 10 personas en México, nunca han ido al teatro, ni siquiera han escuchado algo al respecto.


“En medio de este contexto, la idea primaria que tuve respecto a la actuación fue a través de la televisión. Un día me descubrí bailando, poniéndome las zapatillas de mi madre, envolviendo con papel celofán las bombillas del cuarto, jugando a ser otra/otro. Yo quiero hacer eso, dije al ver las primeras telenovelas con mi abuela. Para los 14 años mi interés estaba claro, yo quería ser actor.”

La madre de Edgar viendo el interés de su hijo en trabajar en televisión, busco la forma de ayudarlo.


“Así fue como llegué al programa de Teatro del IRBAO (Instituto Regional de Bellas Artes de Orizaba), bajo la orientación y dirección de Julio Martínez Escamilla, con quien vería mi suerte el primer año de clases”


Precisamente fue su maestro Julio Martínez Escamilla quien le hizo ver que para actuar no solo hacía falta quererlo, sino que habría que iniciar un largo camino por recorrer.


“Después de tres años, emprendí el viaje hacia lo que se convertiría un trabajo de formación profesional continúo. O como diría el director alemán Jurij Alschitz: un entrenamiento para siempre”

ACTOR Y DRAMATURGO

Combinar ambos quehaceres no me resulta disímil, puesto que los actores llevan a cabo su propia dramaturgia durante los ensayos, e incluso al momento de comenzar una temporada. Sin embargo, desde luego que hay diferencias en el saber hacer de cada técnica


En mi experiencia, me ha tomado un poco de tiempo separar el momento de la escritura del texto dramático, de su montaje. Usualmente no sólo termino mezclando mi yo actor y mi yo dramaturgo, sino también mi yo director. Lo cual provoca que desde el momento en el que estoy escribiendo, piense en cómo se debería ver y/o representar en la escena, abusando de las acotaciones que en realidad parecen notas de un director de escena. Es cuestión de entender que el teatro es un proceso, que hay que respetar cada uno de sus momentos; aprender a desprendernos de eso que escribimos, y ser conscientes de las diversas lecturas que un texto dramático puede tener. Quizá, por eso, hay cierta tendencia a la eliminación de acotaciones en la dramaturgia contemporánea.


FORMACIÓN DEL DRAMATURGO

Mi formación como dramaturgo la inicié desde el momento que empecé a formarme como actor, sólo que no era consciente de ello.


"Leer es aprender a escribir, decía una maestra".


Durante la lectura de las primeras obras de teatro, así como los primeros trabajos de mesa, me estaban formando dramatúrgicamente.


Formalmente, este proceso me llevo a una etapa de mayor claridad, gracias a mi participación en el Seminario de Dramaturgia, bajo la tutoría de Jaime Chabaud. En ese momento, pude reconocer y comprender las bases dramatúrgicas, que transformarían ese saber hacer que venía practicando. Representó una experiencia muy generosa, contar también con la orientación de maestras como Conchi León, Carolina Vivas y Ximena Carrera, además del acompañamiento del maestro Luis de Tavira.


PAPEL DEL ACTOR EN EL MONTAJE

El actor debe convertirse en un observador generoso de la realidad. Sin dejar de atender una serie de sub-procesos a realizar, como: participar en una sofisticada fase de lectura, que le permita entender, comunicar y resolver los signos impresos en el texto y el subtexto, y entonces, trabajar consecuentemente en la búsqueda y configuración de una verdad a representarse/mirarse sobre la escena.


De ahí la reflexión en torno al hecho de que el actor/la actriz, se encargará de develar lo no dicho en el teatro, los silencios, las respiraciones, los puntos suspensivos. Durante el resto del proceso, posterior a la etapa creativa, lo demás será trabajo, trabajo y después, más trabajo.


PAPEL DEL DIRECTOR EN EL MONTAJE

No siempre es posible el acompañamiento del dramaturgo durante la dirección de la puesta en escena, sobre todo en el teatro independiente.

En mi opinión es valioso atrevernos a soltar el texto, y que sea el equipo creativo quien se encargue de la configuración del montaje. Ahora bien, en las ocasiones en que he participado en montajes donde el dramaturgo también es el director de la puesta en escena, he observado una tendencia a mezclar ambos quehaceres, entorpeciendo un poco el proceso colectivo. En todo caso (idealmente), pienso que el dramaturgo debería acompañar el proceso creativo, compartir información intertextual, ser escucha y espectador (desde ya), de un texto que comienza a cobrar una de sus posibles vidas, frente a sus ojos.



EL TEATRO PARA EGLÓN MENDOZA 

Es el lugar de reunión y encuentro, en el que la humanidad es confrontada, cuestionada, sensibilizada y en algunos casos, transformada.


El Teatro es el origen y la oportunidad de nuestras vidas...El Teatro es la asignatura pendiente, de un proyecto para toda la vida.

El Teatro es el tiempo fuerte de todo mi quehacer cotidiano, es el sitio en el que he aprendido a volver a jugar, a entrenar la imaginación, a reconocer el cuerpo como el terreno que habremos de expropiar, antes de que las convenciones y los clichés nos hayan robado esa oportunidad de libertad. El Teatro me ha salvado de la mierda del mundo.


CUALIDADES DE UN ACTOR

Un actor/una actriz, deben ser investigadores sociales, lectores ávidos de todo tipo de recursos, cuestionarlo todo, exploradores del cuerpo y la mente, disciplinados, nunca contenidos y siempre continentes. Ejercer el placentero ejercicio del pensar.


HERRAMIENTAS DE UN ACTOR

Dependerán siempre del conocimiento que tengan de sí misma/o. Para, después de someterse al estudio de una técnica, asuma la tarea de construir un estilo propio de hacer eso que es la actuación; y entonces, cuestionarse sobre las posibilidades de que ese saber hacer (el suyo), pueda llegar a ser considerado un arte. Valdría la pena recordar que el actor/la actriz, son la materia prima, el instrumento de su trabajo, el artista, y la obra de arte. Luego entonces, quiénes se adentren en el difícil y exigente trabajo de la actuación, debiéramos saber de “las terribles exigencias” del trabajo de la actuación.


De manera que, como actor, el proceso de creación de un personaje, es una extensión más de su arte, de su ser. Quien existe es el actor/la actriz, no el personaje, éste/ésta le representa. Durante dicho proceso, el actor/la actriz, se darán a la tarea de hacer uso de todo su conjunto de herramientas, de su presencia, para ponerlas a disposición del personaje.


Crear lo que será expuesto como un signo sobre la escena, mirado por el espectador, que se mantendrá sobre la butaca en espera de que algo le sea respondido, de que algo le suceda, sentirse desnudo.


DRAMATURGIA

  • Postulación del final (2010).

  • R&R (2016).

  • Botitas (2017)

  • HOMO (2017, junto con Mónica Ponce y Gabriela Cortés)

  • Canal Libre (2017, en coautoría con Gabriela Cortés)

  • Los Huérfanos (2018, creación colectiva)

  • Viernes (2018)

  • Susana te Salva (2020, coautoría con Gabriela Cortés y Mónica Ponce)

  • A odiar se aprende (2020, coautoría con Mónica Ponce y Gabriela Cortés).


BOTITAS

"Botitas ha sido uno de los trabajos más bellos que he podido compartir en la escena, permitiéndome un acercamiento con el espectador, íntimo y honesto".


El proceso de escritura, surgió a partir de un hecho real de transfeminicidio, posteriormente, realice un trabajo de investigación y escucha, que me llevó a confrontar mis propias fobias y discriminaciones hacia las identidades trans. El camino que hemos recorrido con Botitas ha sido por más generoso. No podría dejar de mencionar que el trabajo de creación colectiva, ha sido el principal enfoque de mi trabajo dramatúrgico en los últimos años. Es una forma de trabajo que disfruto mucho, puesto que me ha llevado a reforzar la idea de colectividad en el Teatro. Usualmente construimos la premisa, una escaleta, y en base a eso, armamos las escenas.


En el caso particular de "HOMO" y "A odiar se aprender", me acercó a trabajar desde el biodrama y el teatro documental, experiencia que he agradecido con la creación colectiva, este trabajo es un ejercicio de escritura con la otra/el otro, que despierta la empatía, el espejeo, transversalidad.


¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE GUSTA DE ESCRIBIR?

El vértigo de enfrentarme a la hoja en blanco... Y de pronto, mirar cómo se vuelve posible la construcción de una historia, de una vida. Escribir para luego compartir. Escuchar o mirar que, aquello que di por terminado desde la escritura, ahora tiene carne propia, que ya no es enteramente mío. Mirar lo que la dramaturgia puede provocar en el espectador.


Escribo desde la infancia. A veces he llegado a pensar que me comunico de mejor manera al escribir. Comencé redactando cartas, luego me aventure en el cuento, he insistido en la poesía, he publicado divulgación científica, y, he trabajado desde la dramaturgia. En cualquiera de los casos, he disfrutado sobremanera la posibilidad de extender un pedazo de mi ser, como ofrenda, como agradecimiento, y en muchas ocasiones como denuncia.


Poner el cuerpo desde el signo de la escritura. Insistir en la utopía. Volver a enamorarme. Exorcizar mis demonios. Escribir es algo que nunca espero dejar de hacer. Lo mismo que el Teatro.



DIFICULTADES PARA HACER TEATRO

El factor que debiera estar latente en la mente de los hacedores de teatro, es la pertinencia misma del montaje. El dejar de hacer teatro de espaldas a la realidad, al espectador.


Atrevernos a cuestionar nuestra propia visión del mundo, para abrir la puerta hacia la reflexión y la urgencia de pensar el Teatro como una herramienta política de transformación social. Basta de un teatro de antojo, de ocurrencia, indolente, ignorante.

El espectador debería pasar junto a las puertas de un Teatro y sentir que debe entrar, porque hay algo importante que tiene que escuchar, que mirar, que atender. De ahí la asignatura pendiente también de entrenar al espectador, para que no consuma sólo por consumir.


Deberían volver las canastas de tomates podridos a la entrada de una sala, como diría el Maestro Chabaud, quizá así sea posible la emancipación del espectador.


Dificultades ha habido siempre, seguramente en estos días, las hemos percibido más. Lo cual me parece que está bien, porque nos permitirá volver al tiempo fuerte del trabajo escénico, desde una nueva urgencia – o al menos eso es lo que deseo.


En Puebla está ocurriendo algo que no había observado en la última década de mi trabajo. El teatro independiente, desde la iniciativa privada y desde la colectiva social, está comenzando a configurarse como “industria”, creando discursos y nuevas audiencias. Todo esto, sin ayuda del gobierno, que ya sabemos, lo último que piensa es que el Teatro tenga alguna utilidad. 


Celebro todos los esfuerzos, pero desde luego, me parece que hay que voltear a mirar hacia otros modelos de producción teatral.


Hemos perdido mucho tiempo esperando que la beca, el apoyo, la licencia, o el programa lleguen. Esa no puede seguir siendo la lógica de trabajo. Sin que esto signifique dejar de tomar consciencia, sobre la ineficiencia institucional en su papel como gestor y promotor de la cultura y el arte de un Pueblo.


Hasta hace unos meses, al terminar cada función, invitaba a los espectadores a disfrutar de la nutrida cartelera que hay de lunes a domingo en la capital. Para todos los gustos, e incluso para todos los bolsillos; sin embargo, de nueva cuenta todo esto, continúa sucediendo aquí, en la capital poblana. Quizá esa sea una de las mayores dificultades que habremos de seguir enfrentando: ¿cómo llegar al resto de los municipios en Puebla? ¿Cómo hacer que las familias que no tienen un ingreso digno, no tengan que elegir entre comer o asistir al teatro? ¿Cómo transformar el acceso al teatro en un derecho humano, vital para entender la propia existencia?


Puerta Escénica agradece a Eglón Mendoza por esta plática, deseándole todos los éxitos posibles, que su dramaturgia llegue a miles de personas e invitándolo a seguir compartiendo con nosotros sus futuros proyectos. 

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