Nos es grato presentar a Fernanda Albarrán, quien desde pequeña ha tenido la fortuna de estar cerca de los escenarios, y qué, gracias su formación, ahora tiene a su cargo el blog dedicado a la crítica teatral "Pásele, aquí hay teatro". Puerta Escénica platicó con ella.
INICIOS EN EL MUNDO TEATRAL
Mi vida en el teatro empezó a los 14 años al adentrarme en talleres de teatro para jóvenes pero anterior a eso ya había estado durante muchos años arriba de los escenarios.
Posteriormente en el 2012 ingresé a estudiar la Licenciatura de Teatro y Actuación en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM. Desde mi egreso hasta hoy en día me he mantenido realizando teatro con diferentes creadores contemporáneos.
"Para mí el teatro significa la vida. En el teatro yo he visto la vida desde muchas perspectivas. Los defectos y las virtudes que tenemos como humanos, observándolas y viviéndolas. Las posibilidades inmensas que el teatro da para crear. La fuerza y el amor que somos capaces de dar por aquello que amamos. Mis ojos han visto magia en la escena. Para mí el teatro es ir a vivir, a sorprenderme. Para mi hacer y ver teatro es reactivar mi alma".
Además de ser crítica teatral, es actriz para teatro y cine.
En sus casi 4 años de egresada ha estado en varios proyectos, en los que destacan:
Actriz y productora general de "Bajo Tierra" de David Olguín, dirigida por el Colectivo Desde los Huesos, primer proyecto independiente y que también fue fundadora del colectivo.
Ha trabajado con diversos directores y directoras jóvenes.
Con David Gaitán, trabajo para en la puesta en escena: "Mirando el precipicio por en encima de mi hombro", y posteriormente en la "Ópera Satyricon" donde trabajó profesionalmente junto con otros más actores jóvenes.
Ha trabajado para la UNAM en dos ocasiones. La primera vez con Emilio Méndez en un proyecto de conmemoración por los 50 años del movimiento estudiantil del 68, y la segunda vez en el 2020 como asistente de dirección en la obra "La escuela del dolor Humano" de Sechuán.
En el 2019 actúa "Amor oscuro" de Issac Slomiansky y dirigida por Víctor Weinstock, con una temporada de 40 funciones en el Foro Lucerna.
ACTIVIDAD EN LA CRÍTICA TEATRAL
Cuando salí de la escuela me enfrenté a un gran problema con el que todos los artistas independientes nos topamos: la falta de público. Al sentir como actriz que el teatro se quedaba vacío, que tenía que dar función para 5 personas o que tenía que cancelar función porque no llegó nadie, me di a la tarea de ir más al teatro.
"Si yo quiero que me vayan a ver al teatro, yo tengo que ir al teatro".
Entonces comencé a ir a las obras de mis compañeros de generación, de la escuela en general, a la gente que me interesaba su trabajo, etcétera. Y así estuve como dos años. Solo iba al teatro. Evidentemente eso comenzó a aportar a mi mirada como actriz, pues viendo también se aprende muchísimo. Todo mundo me decía que debía hacer algo con eso que veía y fue cuando decidí abrir el blog "Pásele aquí hay teatro".
Mi camino con "Pásele, aquí hay teatro" no ha sido lineal, sigo investigando cómo avanzar. Ha sido intenso, eso sí. En principio yo no buscaba hacer crítica como tal, si no más bien reflexiones. Escribir lo que yo veía. Lo cual sigue siendo el eje de mis críticas teatrales. Sin embargo, con el tiempo he ido desarrollando más puntos de argumentación, más saberes y más consideraciones al escribir. No me interesa escribir una crítica informativa o periodística solamente, sino más bien busco investigar dentro de la escritura crítica cómo plasmar mi experiencia artística como espectadora.
"Creo que un crítico debe desarrollar, sí o sí, una objetividad en su mirada. Debe ser capaz de tener perspectiva del hecho escénico. Poder observar lo que está ocurriendo sin juzgarlo pero ahondar en aquello que flaquea o en las fortalezas que sobresalen".
Considero que la utilidad y el lugar del crítico ya no es ese tan importante como antes. He percibido que los críticos teatrales solo somos leídos por la misma gente del teatro. Se ha vuelto una especie de diálogo interno, más que un medio informativo que da estatus a los artistas. Es decir, la gente que no va al teatro no va a leer crítica teatral. Esto puede estar muy permeado porque la gente ya no lee periódicos como antes. Sin embargo, creo que esto abre la posibilidad de que el lugar del crítico se vuelva el del intermediario entre el “producto”, el artista y el espectador, pues es aquel que se relaciona con estos tres actantes y es quien puede unir todos los cabos.
Se plantea que la crítica teatral tiene el propósito de abrir un diálogo entre artistas y espectadores. Yo realmente me pregunto si ese diálogo realmente se está dando. Una cosa es hacer entrevistas a los artistas, y otra cosa es que el artista te escriba molesto por lo que dijiste de su obra. Ninguna de esas dos son diálogos, como tal. Un verdadero diálogo sería intercambiar ideas para llegar a construir algo.
"Me gusta pensar que la crítica ayuda a construir este arte".
PÁSELE AQUÍ HAY TEATRO
"Pásele, aquí hay teatro" surge de mi necesidad como actriz por apoyar a mi propio medio artístico, preocupada por la falta de público. Al principio buscaba que fuera un lugar de divulgación para que la gente pudiera enterarse del teatro que había, pero con el tiempo eso se ha ido transformando hacia un lugar de reflexión, de pensamiento, de cuestionamiento.
"Pásele, aquí hay teatro" afectó mi visión artística, totalmente. Creo que al hacer crítica y empezar a ejercitar esa mirada objetiva se empezaron a desplegar en mi un montón de cuestionamientos artísticos. Ahora mi ser crítica y mi ser actriz se complementan el uno al otro. Escribo desde mi sensibilidad artística, dada por mi experiencia actoral, pero al observar el teatro que se hace en México también me cuestiono muchas cosas que he vivido como actriz.
"¿Cuál es el teatro que hacemos, qué teatro quiero hacer, por qué seguimos apoyando a los mismos creadores de siempre, por qué el teatro convencional sigue prevaleciendo? Entre muchas otras preguntas que siguen y siguen viniendo a mi mente".
FORMACIÓN DE UN CRÍTICO TEATRAL
La mayoría de los que hacen una supuesta "crítica" son periodistas. Es decir, informan. No está mal. Cumplen su función. Pero así como tal una crítica especializada y objetiva, creo que no. Creo que se debe a muchas cuestiones. En principio porque los espacios dados en los medios para los críticos suelen ser pequeños. No hay mucho para ahondar como se quisiera sobre la obra en cuestión.
También, muchas veces esto se ve influenciado por la relación entre quien fue a ver la obra y quién sale ahí. Entonces eso sería informar resaltando algunas cosas con un interés de por medio. Por otro lado, creo que parte del origen de esto anterior y que es lo que realmente no permite que haya una verdadera cultura de la crítica en México es el enorme ego con el que esta se puede llegar a escribir o con el que es leída.
Como críticos, hay quien escribe desde un lugar de dolo, es decir: despotrican y destruyen las obras. Para mí ese no es el propósito de la crítica teatral. El propósito sería construir, dialogar. Sin embargo, cuando hay críticas no favorables que cuestionan y argumentan en qué no funcionaba una obra, también como artistas solemos ser aprensivos y lejos de aceptar la opinión - porque finalmente eso es lo que es la crítica - nos ofendemos, nos hieren y dramatizamos.
"Habría que cultivar esa aceptación de la crítica. No solo en el teatro, en la vida. Siempre pensarla y también expresarla constructivamente. Hay maneras de decir las cosas, y creo que como escritores hay que explorar esas posibilidades de hacerlo. Y como artistas, hay que saber escuchar y no ponernos a la defensiva ante lo que alguien más observa. Finalmente ahí es donde se completa nuestro trabajo".
Agradecemos a Fernanda Albarrán por esta entrevista, deseándole que su carrera como actriz siga cosechando frutos, así como el proyecto de crítica teatral "Pásele, aquí hay teatro" se siga fortaleciendo para ofrecer a la sociedad una opción para involucrarse la vida teatral.
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