"Sentada en la butaca del teatro, al abrirse el telón y ver a los actores y actrices en escena, escuchar la música, observar y de alguna manera sentir las luces me solté a llorar de la emoción, sentí mi corazón acelerado, todo mi minúsculo ser se estremecía y es ahí cuando supe con certidumbre que quería ser actriz"
Desde los 3 años de edad Julieta Garibay quedo aprehendida del arte teatral, pero fue hasta los 25 años de edad que se involucró por completo; Puerta Escénica platicó con la actriz, referente obligatorio en el teatro poblano.
Egresada del Instituto Andrés Soler Espacio 1900, inicia su actividad actoral con el montaje “El casado criada quiere”, bajo la dirección y producción del Mtro.Alejandro Ariza. A la par ensayaba una adaptación del drama “Un tranvía llamado deseo” del director Norma Hassan.
"Algunos de mis maestros fueron: Miguel Barroso, Alejandro Ariza, Fatima Encinas, Juan Carlos Durán, Manuel Reigadas, José Acosta, Morris Savariego, Teresa Rábago, entre otros".
Se involucró en el Proyecto Nacional de Teatro Escolar en el año 1999 gracias a Amacio Orta le presenta al Mtro. Marko Castillo (q.e.p.d.) quién le otorga una beca para cursar el diplomado en perfeccionamiento actoral con el Mtro. Luis de Tavira.
"La experiencia ahí obtenida cambia radicalmente mi visión y misión en el teatro, aprendiendo la disciplina y entrega que éste oficio requiere".
Julieta Garibay ha trabajado en más de 30 puestas en escenas, con diversos directores, productores, actores y compañías teatrales, entre los que destaca: Manuel Reigadas, Alejandro Ariza, Juan Carlos Durán, Compañía del Estado de Puebla, Turisteratro, Cuentos para no dormir, entre otros; que la han hecho crecer como actriz, llevándose en cada montaje aprendizajes que aplica posteriormente en cada proyecto que la invitan; tal es el caso cuando participó con Luis Rivera (q.e.p.d.) quién le dio el siguiente consejo para su profesión.
"Lo que profesionaliza a un actor es vivir de su quehacer artístico no la fama – momentánea - que da la televisión, amén de la disciplina que ésta profesión exige".
"De él me quedo con su pasión, su entrega incondicional al teatro, su peculiar sentido del humor y su gran respeto al escenario, no olvidando su amistad y fraternidad hacia mi persona".
Un parte-aguas en la carrera de Julieta fue cuando trabajó con Carlos Aguilar, descubriendo en ella talentos hacia la comedia y que la llevó a participar "Odio A Mis Hijos" de Sergi Belbel, "Chiles en Nogada: La Creación" y "De dónde vienen las putas" ambas de Carlos Aguilar, nutriendo así su multifacética experiencia en el quehacer artístico que va desde la actuación, la dirección de escena, la docencia, la dramaturgia y la producción ejecutiva.
"Me quedo siempre con la abnegación al personaje, la cual no es más que un acto de generosidad del actor al negarse a sí mismo, para dar paso a la interpretación genuina del ser a representar. Estoy totalmente cierta que un buen actor no puede de ninguna manera ser impune ni falto de empatía para lograr la escena a partir de la verdad, que de eso va el teatro, de la FICCIÓN VERDADERA".
Obras como "Entonces Juguemos" y "Por nuestros amantes, salud" son textos de la propia Julieta quién además ha tenido oportunidad de dirigir; como actriz ha incursionado en el área del cine participando en diversos cortometrajes.
"Para mí el teatro es Vida y Muerte, es dejar de vivir tu vida y morir a tu ego, para poder mostrar las entrañas de otro, de otros personaje con los que sin duda el actor encuentra siempre similitudes desde que el texto por causalidad llega a tus manos. El teatro es la vida misma, sucede en el aquí y ahora, siempre en un SI Y VERDADERAMENTE SI está sucediendo, es el verbo ser y estar en infinitivo (estando y siendo). Es mágico y definitivamente adictivo. Ha sido mi peor y mi mejor suerte elegida, porque toda mi familia es del teatro, ya no me quedan seres comunes y corrientes, sino seres extraordinarios me rodean en mi diario vivir".
"¿Cómo se solucionan las dificultades al hacer teatro? Con locura, con pasión, con disciplina, con terquedad y constancia pero sobretodo con amor al teatro, porque amor significa siempre COMPROMISO y el que se raja por dinero no ama al teatro, sino al dinero y mejor que se dedique a otra cosa".
Puerta Escénica agradece a Julieta Garibay por su tiempo y disponibilidad, deseándole, que a parte de seguir aprendiendo de las personas que le rodean, pueda enriquecer a las nuevas generaciones de sus conocimientos recibidos de grandes maestros que hicieron la historia del teatro poblano.
"Para ser actor o actriz se necesita mucho más que un físico atractivo. El actor tiene la obligación de ser culto y por ende curioso, además de lo aprendido en las escuelas y/o universidades ocuparse de ser siempre autodidacta, creativo; amén de tener sangre en las venas, como decía el muy querido y respetado Marko Castillo “la sopas aguadas no sirven para hacer Teatro”. Para mi, el histrión nace y se hace".
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