Hoy el mundo, en general, y la entidad poblana, en particular, viven una situación que se ha tornado de carácter preocupante. La reciente crisis debido a la ya declarada pandemia por coronavirus hace que muchas empresas y negocios tomen medidas para reducir el posible contagio que se pueda generar. Uso de gel antibacterial y cubrebocas se ha vuelto a extender entre la población. Papel de baño y botellas de agua escasean en países de primer mundo por las compras de pánico. México también se ha visto afectado.
El efecto de la contingencia de salud pública para el sector cultural ya se siente. Decenas de grupos artísticos en todo el país ven canceladas o pospuestas sus presentaciones: danza, teatro, conciertos, espectáculos masivos de toda índole están parados. Muy pocos grupos, la mayoría independientes, continúan en pie y adelante con sus presentaciones, sin embargo, viven el día a día, pensando en que podrían ser cancelados también de un momento a otro.
La economía de estos artistas, sobre todo a sus líderes, está siendo afectada. Muchas veces los ingresos fijos para el artista no existen. No hay pensiones, ni seguridad social. Ni permisos de trabajo por enfermedad, sólo queda echar mano de lo poco ahorrado, si es que se tiene, o de generar, de forma rápida, algún ingreso nuevo para pasar la cuarentena.
Entre aquellos grupos que se han visto afectados está la compañía “Muñecos de la Calle” del municipio poblano de San Pedro Cholula, y que dirige Alejandro Juárez Silva, quien al momento de escribir esto, ya había anunciado el cese de varias actividades en su espacio de dicho municipio por el factor CodVid19.
Antes de que esto pasara tuve la buena suerte de poder presenciar su último estreno teatral, mismo que se llevó a cabo en otro municipio poblano: Atlixco. Hablo de la obra “7 razones para no saltar” escrita y dirigida por el mismo Juárez Silva.
Monólogo que utiliza los motivos de un suicida para terminar con su vida desde un puente urbano.
¿Si pudieras elegir tu muerte, cuál sería? Más importante aún. Si pudieras tener un fondo musical para hacerlo, ¿qué canción sería de tu agrado para pasar al más allá? Todo parte en la obra desde este hecho.
Pero la tonada es interrumpida por ese ente monstruoso, enemigo del actor: el celular.
Una llamada y tu canción se arruina.
Sin embargo, la llamada es el elemento prolongador de la agonía del personaje, quien, con su interlocutor, hace que descubramos los motivos que lo llevaron a ese punto y nos pone en tela de juicio los propios motivos para que uno siguiera viviendo. Porque a veces estamos vivos por inercia, no pode decisión propia.
El joven dramaturgo usa una premisa sencilla e irónica en la llamada para posponer la decisión del suicida. Siete son las razones, de ahí el nombre de la obra, que el personaje tiene para SÍ saltar. Pero a través de la autoreflexión descubre algo, ese hilo salvador que lo lleva a querer vivir, por lo menos un día.
El trabajo de Juárez Silva en el escenario está muy bien logrado. La escenografía es inexistente, sólo con trabajo corporal y algunos efectos de sonido nos transporta a ese puente urbano y hace cómplice al público de su casi muerte. La obra está escrita, en mi opinión, de una manera entendible para cualquiera. Un trabajo muy adecuado para instituciones de nivel medio superior. No creo que sea la gran obra maestra de este artista en cuestión de escritura o dirección pero si es una muestra de la tendencia que sigue al hacer teatro: reflexión, esperanza. Sólo podría decir que el final da para mucho más, para jugar con las posibles vueltas de tuerca en cuanto a la decisión final del personaje. Sin embargo, queda sólo en manos de Alejandro Juárez cruzar la delgada línea de su zona de confort para adentrarse al terreno escabroso de lo políticamente incorrecto. La obra no aburre y es muy digerible y aunque habla del suicidio lo puede ver todo tipo de público.
Por lo que pude hablar con él, la obra sólo se llevará a cabo en funciones especiales itinerante y no estará en temporada fija en el teatro de “Muñecos de la Calle” por algún tiempo, sin embargo, no se debe dejar de consultar sus redes sociales para mantenerse al tanto de las próximas funciones.
Hasta aquí mi reseña. Y artistas, si sobreviven en estos 40 días, me dará gusto ir a ver sus obras.
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