Microteatro Puebla: obras de 15 minutos en 15 metros cuadrados para 15 personas.
El mes pasado Microteatro Puebla presentó la temporada "Por la diversidad". Hace medio año este concepto inició actividades en esta ciudad y ahora cuentan con un público cautivo que cada mes acude a ver la nueva temporada, que ubican a los actores o directores y que al ver los carteles en la entrada, deciden cuál obra entrarán a ver primero, sea por el elenco o por el diseño de cartel.
En las temporadas pasadas, sólo había tenido la oportunidad de ver una o dos micro-obras; aquella fue la primera vez que vería las cinco de la temporada. El tema fue la diversidad -cultural, social, sexual o religiosa- aunque la mayoría, exceptuando "Happy", hablaron de la diversidad sexual. Los títulos fueron los siguientes: "El barbero de Sevilla y Londres", "Prisionera", "Sala de Espera", "Me duele que te vayas" y "Happy".
"Happy" contó con las actuaciones de Rodrigo Gasca, Emmanuel Zavala, Claudia Galindo. Fue dirigida por Alejandro Aguirre Tanús y escrita por Miguel Ángel González. Basada en textos reales, esta micro obra habló de los jóvenes iraníes que fueron condenados a prisión y latigazos por elaborar un vídeo casero sobre la canción "Happy" del cantante Pharrell Williams.
Debido a un desmayo de un espectador, presencié la obra dos veces y en ambas funciones, encontré actuaciones similares e irregulares: exaltadas en Claudia y Rodrigo, neutra en Emmanuel; sin muchos matices y con trazos y reacciones mecanizadas. Sin duda, hubo un problema de tono actoral por parte de la dirección; sin embargo, la historia se contó de principio a fin ya que el material textual fue bueno y la reflexión que deja es pertinente en cuanto a las situaciones que se viven en el país. La escenografía e iluminación ayudaron a crear la sensación de encierro en el público, ambiente idóneo para esta micro-obra. "Me duele que te vayas", escrita por José Dimayuga, dirigida por Amancio Orta y con la producción de Nuevo Novo y ConstruArte Compañía teatral, relató -como dicta la sinopsis de la obra- "un caótico episodio, acontecido en un cuarto de hotel, entre una tormentosa pareja de novios que aparentan ser heterosexuales frente a la sociedad."
Fue actuada por Amancio Orta y Leonardo Fierro, quienes ejercieron sus papeles con un tono melodramático, cayendo en el cliché. Pecaron de intensidad con los gritos -se escuchaban en otras salas-, y aquí habría que preguntarse si dichos gritos aportan o no a que la historia se cuente. El texto fue bastante sencillo pero se hizo predecible desde el principio. Hubo falta de limpieza en escena, tanto con la utilería utilizada por los actores, como con los problemas técnicos en la música.
"El barbero de Sevilla y Londres", fue dirigida por Carlos Arturo Aguilar, producida por Turisteatro y escrita por Joserra Zuñiga. Con las actuaciones de Cristopher Bulle-Goyri y Carlos Arturo Aguilar, esta micro obra presentó a un barbero gay que quiere quitarle lo heterosexual a su cliente, poniéndolo a prueba y al intentarlo, le sale todo al revés y se da cuenta de que los hombres ya no le gustan.
La obra funcionó por tener un buen texto, estructurado de tal forma que en quince minutos la historia se contó sin dejar cabos sueltos. Además, los actores tenían una energía recíproca en escena y eso hacía que la obra fuera disfrutable para el público. El trabajo de dirección fue igualmente adecuado por haber manejado un tono cómico eficaz. La producción simuló una barbería con todos sus clichés -como de película- que encajó a la perfección con la propuesta. "Sala de Espera", contó con la música original de Elena Castillo, fue escrita por Abner Ortíz, dirigida por Mayho Moreno y actuada por Amaranta Cué, Mariana Oro y Joshua Sánchez.
Esta micro-obra expuso las experiencias de dos mujeres que se conocen en una sala de espera de cualquier institución de salud pública que existe en el país y que fueron enviadas ahí por sus familiares para quitarles "la enfermedad" de la homosexualidad. Pese a que el texto dejó algunas lagunas en la historia, las actrices ayudaron a crear el ambiente de una sala de espera con todo y sus situaciones comunes -incluso utilizaron los gritos que sucedían en otras obras para hacerlos parte de la historia- , además integraron al público como un paciente más de la sala de espera. El trabajo de dirección se notó en la postura honesta, sencilla y reflexiva sobre lo arcaico de la sociedad con respecto a la discriminación hacia la homosexualidad; dicha postura se complementó con el trabajo actoral, la propuesta musical y escenográfica. "Prisionera", escrita por Sophia G. Dierdof como un homenaje a Agnes Torres -activista transgénero asesinada en Atlixco en el 2012-, fue dirigida por Marco Polo Rodríguez, producida por Lenguas Prietas Teatro y actuada por Armando Cantorán y Karla Tame. Esta micro-obra contó parte de la vida de Ágnes Torres, su dualidad entre ser hombre y mujer, así como la decisión de convertirse y asumirse como mujer y el rechazo del padre.
Con esta obra en particular hubo un problema de dirección en cuanto a los signos que tenían que haber denotado el desdoblamiento del personaje; la actoralidad fue monótona, exagerada y sin matices, lo que hizo que la historia se volviera lineal, reforzada además, por una propuesta musical y escenográfica bastante dramática.
En general, lo que se encuentra al ir a Microteatro Puebla son grandes producciones, reforzadas en la escenografía, utilería y vestuario pero que en sustancia son irregulares sea desde la dramaturgia, la actoralidad o la dirección; hay que tomar en cuenta que si uno de estos elementos falla, el resultado no será eficiente y que si no existe un seguimiento de las obras más allá del estreno y las seis funciones al día, las propuestas mermarán en calidad y esto repercutirá en el público que acude. Hay excepciones, claro está, pero son las mínimas. Habría que mejorar el concepto para entregar una experiencia completa al público, que es al que se deben. Por Karla Ibarra
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